foto-jornadasToledo, 16 de Noviembre de 2016.-

Distintos profesionales de la Asociación Cicerón de la residencia “San Bartolomé” de Tembleque, “San Miguel” de Noves y de la Casa de mayores en Torrijos, has asistido a la Jornada ‘Unidad de Trastornos de Conducta. Experiencia en intervención positiva con personas mayores” que ha inaugurado  la Consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, en la que se ha realizado un análisis de la experiencia.

Es una Unidad de 19 plazas que está integrada  en una residencia pública que gestiona el grupo SARquavitae en la localidad de Bargas en Toledo. Su finalidad es de apoyo a la red residencial de Castilla-La Mancha, donde a veces, dice la Consejera, “algunas personas mayores pueden presentar trastornos de conducta que pueden poner en peligro su integridad física o la de los demás. Para eso existe esta unidad especializada, para atender a este tipo de personas, a las que pueden estabilizar y luego retornar a su residencia o quedarse en la unidad”. Son personas mayores con necesidades especiales, con graves dificultades de adaptación y de relación con los demás residentes, manifestando comportamientos disruptivos y agresivos de manera continuada y suelen abarcar varias funciones psicológicas. Los trastornos de conducta son un concepto muy amplio que incluye diversas alteraciones y modos de comportamiento que afectan a la manera que los pacientes tienen de relacionarse consigo mismo y con los demás y que tienden a ser persistentes en el tiempo. (Fuente de la noticia: página web de la JCCM)

Esta experiencia representa un modelo diferente al que ofrece Cicerón donde las personas mayores con Síntomas Conductuales y Psicológicos de la Demencia (conocidos en el argot profesional como SCPD) o con trastornos psiquiátricos son tratados en las pequeñas unidades de convivencia (residencias menores a 24 plazas)  cuando no pueden continuar en la convivencia de su hogar habitual y que están ubicadas en los mismos pueblos en los cuales han residido toda su vida: atención en su mismo entorno donde han cultivado sus vínculos afectivos vitales evitando la desvinculación. Modelo muy cercano a la anti-psiquiatría y la psiquiatría comunitaria representadas en autores como David Cooper, Ronald David Laing, Franco Basaglia o Castilla del Pino en España.

Otra diferencia a considerar es que quienes sufren estas alteraciones de conducta conviven en el mismo espacio con otras personas que también tienen otras dolencias físicas o psíquicas, e incluso hay convivientes con estado de salud cotidiano similar al de todos los humanos. Todos ellos son instruidos a través de las prácticas grupales de las causas que motivan algunos comportamientos atípicos, se les informa de algunas estrategias para facilitar  relaciones saludables de calidad, promoviendo la empatía y comprensión, vínculos afectivos que en ocasiones son capaces de sostener las conductas imprevistas que se presenten en la vida compartida: no segregación por sufrir una u otra dolencia.

El grupo familiar forma parte del equipo colaborativo de las pequeñas unidades de convivencia participando en la valoración, elaboración y aplicación del plan de vida y acompañamiento que cada uno de los convivientes desarrolla. Un problema de salud mental que sufre un miembro de una familia frecuentemente es un emergente que señala la problemática de ese grupo. Por tanto su abordaje terapéutico debe ser realizado en complicidad con este grupo familiar.

Coincidimos con la experiencia que nos han presentado hoy en la necesidad de tener  profesionales bien formados, mentalmente equilibrados, con actitudes humanas sensibles al trato con las personas y que cuidan con dignidad.

En 34 años de experiencia de la Asociación Cicerón en los que se ha acompañado a múltiples personas mayores con trastornos graves de personalidad ( esquizofrenia paranoide, trastorno bipolar, depresión) con este modelo, no se recuerda que se haya requerido solicitar un ingreso en centro especializado para el control de sus sintomas conductuales y psicológicos.

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El pasado 13 de octubre, en Asamblea General Extraordinaria, se aprobó  la 5ª edición de los Estatutos de la Asociación Cicerón.

La reflexión sobre la necesidad de cambiar los Estatutos del año 2003 se inició en septiembre del 2015, con el inicio de la gestión de una nueva pequeña unidad de convivencia en la localidad toledana de Noves.

Promovido por la Junta Directiva de Cicerón, se han realizado 5 borradores en cuya elaboración y discusión han participado de manera activa todos los socios de la Asociación.

Los nuevos Estatutos incluyen adaptaciones importantes:

–          Un preámbulo, muy significativo para nosotros,  donde se da a conocer la filosofía y los criterios éticos de actuación de Cicerón, construyendo un esquema conceptual y de referencia operativo para los proyectos en los que participe Cicerón.

–           Hasta hoy el ámbito de actuación de la Asociación se circunscribía a la provincia de Toledo. En estos últimos años viene demandándose a la Asociación la posibilidad de extender su filosofía y modelo a la región de Castilla-La Mancha.

A su vez, se van incorporando nuevos socios a la Asociación que proponen extender el objeto de la Asociación a otras áreas diferente a la de mayores como personas del ámbito de la dependencia, discapacidad o salud mental.

–          También en estos años, principalmente con la participación en nuevo proyectos, se ha comprobado que se requería una estructura técnica más dinámica y enfocada al seguimiento y evaluación de las actividades en una línea transversal de Cicerón y por eso se  modifica el capítulo 5º referido a los órganos técnicos de la Asociación.

 

Con estas adaptaciones y la actualización del resto de articulado de los Estatutos se pretende recoger la experiencia de 34 años de vida de la Asociación con la visión de promover su filosofía y modo de gestión a otros ámbitos de la sociedad de Castilla-La Mancha.

 

UNA VEZ REGISTRADOS LOS NUEVOS ESTATUTOS EN LA CONSEJERÍA DE HACIENDA Y ADMINISTRACCIONES PÚBLICAS, ESTARÁN DISPONIBLES EN LA WEB DE CICERÓN: www.asociacionciceron.org 

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El pasado 6 de mayo, 2016, miembros de la Asociación Cicerón participan en la Jornada “atención centrada en la persona y buen trato” organizada por la Fundación Pilares para la autonomía personal y el Colegio de Psicólogos de Madrid.

Se presentó el nuevo libro de Teresa Martinez, “la atención centrada en la persona en los servicios gerontológicos. Modelos de atención y evaluación”

http://www.acpgerontologia.com/documentacion/ACPenserviciosgerontologicos.pdf

 

Desde Cicerón se señalaron tres aspectos importantes para la reflexión sobre  este modelo de ACP:

1º.- Aun no compartiendo su esquema conceptual de referencia, consideramos que este modelo abre la puerta a la posibilidad de idear cambios en el actual modelo de atención de los centros de mayores que faciliten la transformación de las organizaciones y los servicios, resaltando principalmente el respeto por la dignidad de la persona, la libertad de elección y la calidad de vida, valores compartidos también por Cicerón.

2º.- El enfoque de la atención no debe centrarse solamente en la persona, sino en ésta y sus grupos de pertenecía (Grupo familiar y grupo de convivientes o cuasi-familiar), de tal manera que sea posible analizar los vínculos entre todos ellos, proponiendo para la intervención técnica la metodología de  la concepción operativa de grupo de Enrique Pichon-Rivière en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

3º.- En la primera década del 2000 y anteriores, se había desarrollado en España un modelo de atención en residencias que ponía la mirada en la organización y los servicios como criterios de calidad asistencial. A continuación no existió otro afán que reducir el gasto de estos centros y servicios para mayores hasta su extenuación. Por tanto, en este nuevo impulso que propone el modelo ACP y para no dañar más estos dispositivos de atención debe desarrollarse una línea de trabajo fundamentada sobre los beneficios económicos a corto y medio plazo que reporta el modelo, tales como calidad en el empleo, beneficios indirectos, reducción de absentismo laboral, disminución de consulta médica, menor consumo de medicación, mejor salud, retardo de la dependencia funcional en la persona, mayor calidad de vida, etc.

Foto teresa

(La fotografía muestra el momento de la reflexión hecha a Teresa Martinez)

 

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NOTA DE PRENSA 01/03/2016 Consejería de Bienestar Social. Castilla La Mancha es la tercer CCAA por número de plazas

El Gobierno regional consolidó durante 2015 la red de viviendas para mayores, con 1.489 plazas, en 141 municipios.

La consejera de Bienestar Social ha anunciado que estudia crear una “experiencia piloto” de atención a las personas mayores dependientes, en viviendas en el medio rural donde se haga compatible el servicio de ayuda a domicilio con otras prestaciones.

 

Toledo, 1 de marzo de 2016.- La consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, ha confirmado que la red de viviendas para mayores “quedó consolidada” en 2015 con 146 viviendas, con un total de 1.489 plazas que se localizaron en 141 municipios “de zonas rurales de la región” y que estudia implementarla con una “experiencia piloto” que permita compatibilizar la ayuda a domicilio con otras prestaciones.

La consejera ha recordado que Castilla-La Mancha es la tercera comunidad autónoma de España en número de plazas, solo por detrás de Cataluña y País Vasco, en este formato de atención para personas mayores, con 1.489  plazas y que en los últimos cuatro años se han perdido 22 viviendas y 122 plazas, que tuvieron que cerrar por los recortes en la subvenciones, con lo que “122 personas tuvieron que abandonar su pueblo para irse a vivir a una residencia quedando desvinculados del entorno donde nacieron”.

La consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, ha puesto en valor este “recurso de alojamiento y convivencia para personas mayores en el medio rural”, por lo que tiene de parecido a los hogares habituales y “donde se reproduce el modelo de vida familiar que todos conocemos”.

La provincia con mayor número de viviendas para mayores en 2015 fue Cuenca, con 58 viviendas y 549 plazas; seguida de Ciudad Real con 35 viviendas y 314 plazas; Guadalajara, con 32 viviendas y 315 plazas; Toledo con 12 viviendas y 125 plazas y Albacete con 9 viviendas y 81 plazas.

Se trata de viviendas normalizadas para mayores donde un pequeño grupo de 8 o 10 personas viven juntas, colaborando en las realización de las actividades domésticas de cada día, participando en la vida comunitarias como lo venía haciendo y continúan la vinculación con su pueblo, al que pertenecen y del que forman parte integrante con sus amigos y familiares que le han visto nacer, crecer y dónde esperan vivir  su propio proceso de envejecimiento.

Experiencia piloto en el medio rural
“Queremos enviar un mensaje de esperanza a todos estos ciudadanos y ciudadanas mayores de estos pequeños pueblecitos”, ha resaltado la consejera, “en municipios como Alcoroches en Guadalajara, de 141 habitantes o Almodovar del Pinar en Cuenca, con 455 habitantes”.

“Decirles que estamos estudiando iniciar una experiencia piloto que nos permita indagar cuáles son las posibilidades que tienen las viviendas del medio rural para poder atender a los convivientes que sufran alguna dependencia, incluyéndolos en el servicio de ayuda a domicilio SAAD, dotándoles de servicios compatibles con esa ayuda a domicilio, de manera semejante a como si estuvieran en su propio hogar”, ha anunciado la consejera.

Mientras que en España se afianzaba el modelo de atención en grandes residencias y en grandes núcleos de población implicando para los mayores la necesidad de  desvincularse de sus pueblos para recibir la atención necesaria, ya a mediados de los años 90 en países como Bélgica, Holanda, Alemania, Francia, Reino Unido, Dinamarca, entre otros, se desarrollaba un profundo cambio de modelo de alojamiento tendente a facilitar satisfacer los deseos de las personas mayores de vivir como en casa, construyendo pequeñas unidades de convivencia allí donde estos residían.

Sin embargo, Castilla-La Mancha fue visionaria de este cambio e inició la construcción de un modelo parecido creando las entonces llamadas “viviendas tuteladas”. La construcción de esta red de viviendas de mayores se inició en el año 1991 y ha seguido creciendo hasta el año 2011 cuando llegaron los recortes a los servicios sociales de los pequeños municipios.

Las viviendas de mayores que no cerraron tuvieron que sufrir los recortes de subvención que era condicionada a su máxima ocupación, desapareciendo los traslados a residencias en el supuesto de estar enfermos, eliminando la asistencia psicosocial que prestaba un equipo de apoyo, etcétera.

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